La formación de recursos humanos en odontología en los Estados Unidos Mexicanos.

Mtro. Armando Betancourt Linares
Asesor institucional de los CIEES
Febrero de 2023

Mtro. Armando Betancourt Linares

Antecedentes históricos

Es en el año de 1904, cuando surge la primera escuela de odontología en México por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el edificio que actualmente ocupa el Palacio de la Autonomía, en las Calles de Guatemala y Lic. Verdad. Ello, antes de que la UNAM, alcanzara su autonomía, en el año 1929.

Tal suceso ocurrió 65 años después de la creación de la primera escuela de odontología en los Estados Unidos de Norteamérica, en la Ciudad de Baltimore Maryland, como la primera escuela de odontología en el mundo.

Al inicio de la década de los años 70, ya existían en el país 34 escuelas y facultades, pero es a partir de dicha década cuando se da un crecimiento explosivo de apertura de nuevos programas, hasta llegar a una cantidad actual por arriba de 160 planteles, lo que hace de México uno de los países con el mayor número instituciones dedicadas a este fin.

En la actualidad, todas las entidades federativas cuentan al menos con una escuela o facultad dependiente del subsistema de las universidades públicas estatales, pero en el caso de la Universidad Veracruzana, cuenta con cinco facultades de odontología, de acuerdo con su sistema de regionalización. Así mismo un número por arriba de 120 son escuelas pertenecientes al subsistema de universidades privadas, que, en algunos estados como Puebla y el Estado de México son por arriba de 20 planteles.

Las necesidades de salud oral

Lamentablemente, tal cantidad de escuelas y facultades, con su cantidad de egresados por arriba de 5000 anualmente, no se refleja en mejores condiciones de salud oral de la población mexicana, que sigue reflejando índices de daños a la salud elevados en este importante componente de la salud integral.

De acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de caries dental en la niñez mexicana es mediano, con un promedio del orden de tres órganos dentarios afectados a los 12 años. Cabe señalar que en los países altamente desarrollados dicho índice es por debajo de uno. Con respecto al problema de la salud periodontal, cuya perdida de órganos dentarios es mayor al de la caries dental, esta afecta en diversos grados a la mayor parte de la población adulta del país. De hecho, estas enfermedades infecciosas de la cavidad oral ya son consideradas como enfermedades propias del subdesarrollo, tal y como ocurre con las infecciones gastro intestinales, las enfermedades del aparato respiratorio, y la mortalidad materna y neonatal.

Los recursos para la atención de la salud oral

Para las instituciones de salud del país, el problema de la salud oral no es un problema prioritario, como lo refleja el hecho de que para el Instituto Mexicano del Seguro Social (que es la única institución que cuenta con indicadores de fuerza de trabajo para la contratación de odontólogos), se contrata a un odontólogo (con jornada de seis horas) por cada tres médicos generales, para la atención de 14,400 derechohabientes, con lo cual difícilmente se pueden atender las necesidades básicas de la población.

En el sector de la práctica privada, tradicionalmente los odontólogos dedicados al ejercicio libre de la profesión se ubican en los estratos de la población metropolitana y urbano concentrada, en menor medida en la urbano marginada, y en forma ínfima en la rural concentrada y rural dispersa.

Aquí, se da la paradoja que se observa en otros aspectos de la vida nacional ya que, mientras algunos sectores (reducidos) de la población tienen acceso a la atención odontológica de última generación, otros (mayoritarios) carecen de los servicios esenciales de la atención primaria a la salud.

La educación profesional en Odontología

En el proceso de apertura de las escuelas de odontología en México, un problema toral muy recurrente, ha sido la falta de planeación en el diseño de los programas de estudio, que, en muchos caso fueron replicados principalmente del perteneciente a la UNAM; es decir, de manera acrítica, sin el respaldo de una valoración objetiva de las condiciones demográficas, socioeconómicas y epidemiológicas del entorno local de las escuelas y facultades de odontología.

La falta de estudios de factibilidad y de pertinencia como parte de un verdadero diagnóstico situacional, ha provocado que el perfil de los egresados no se ajuste a las necesidades, demandas y posibilidades de la población, generando con ello efectos adversos como el subempleo y desempleo profesional.

De manera muy directa, ha afectado a la calidad de la educación superior en odontología, el incumplimiento por parte de los particulares, de las disposiciones del ACUERDO número 17/11/17 por el que se establecen los trámites y procedimientos relacionados con el reconocimiento de validez oficial de estudios del tipo superior, y los requisitos de evaluación y acreditación por medio de los organismos oficialmente reconocidos, entre ellos y de manera muy destacada, los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior, A.C.

Las áreas de oportunidad

De acuerdo con la experiencia construida por los CIEES, a lo largo de los últimos 30 años, estos son algunos de los elementos detectados en la evaluación de las escuelas y facultades de odontología (tanto públicas como privadas), que representan áreas de oportunidad esenciales para poder cumplir de una mejor manera con su responsabilidad social, establecida por la Ley General de Educación Superior:

  • La discrepancia entre los modelos educativos con el campo profesional del ejercicio profesional, y de este con las necesidades y demandas sociales en salud oral.
  • La falta de investigación de las necesidades de salud odonto-estomatológica y sus factores determinantes, en el entorno del programa.
  • La falta de investigación cuantitativa y cualitativa, sobre el campo de acción profesional, con relación la oferta de servicios públicos y privados, así como, los modelos de atención empleados (tradicionales, innovadores), los sistemas de financiamiento, la organización para promover una mayor eficiencia, efectividad, calidad y seguridad de la atención, etc…
  • La incapacidad para transitar de una odontología orientada a la reparación de daños a la salud, con una tendencia muy marcada hacia la especialización y la micro especialización, con escaso enfoque a la prevención y la promoción de la salud.
  • La utilización de recursos tecnológicos onerosos que elevan los costos en la producción de servicios y que limitan las posibilidades de ampliación de la cobertura de atención en los servicios institucionales, y las posibilidades de adquisición por parte de las nuevas generaciones de egresados.
  • La necesidad de instrumentar acciones preventivas, para cobertura amplia a bajo costo y alta efectividad.
  • La carencia de investigación para la generación de modelos de atención y de servicios a nivel comunitario, dirigidos para la atención a grupos vulnerables como son los preescolares, escolares, adultos mayores, personas con discapacidad, y padecimientos crónico-degenerativos.
  • La falta de programas para la formación de personal técnico y auxiliar que permitan eficientar el trabajo del personal profesional, como son: asistentes dentales, higienistas dentales, técnicos de laboratorio, etc. Cabe mencionar que en los países desarrollados la formación de técnicos y auxiliares supera, en muchos casos, el número de los recursos profesionales.